El caso es que pocos días antes de volver al extranjero había estado programando con mis amigos una de las frecuentes actividades culturales que hacemos, de cara al final del verano (preparación con tiempo, un evento de este tipo no deja margen a otra posibilidad). Sin embargo, tuve de dejar terminarlo a ellos. ¿Destino, o simple coincidencia? ¿O tal vez una conexión inventada por mí? Escuchando la radio en una de mis noches "a lo romántico", apareció la historia de Edipo. Así, sin avisar. Parece ser que no podía dejar el asunto a medias, que al menos tenía que sentirlo desde la distancia.
¿O no..?
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